Una vez transcurridos unos días tras el final de la Semana Santa 2023, llega el momento de repasar lo vivido, de ordenar nuestros recuerdos y de poner en valor todo lo positivo, a la vez que tratamos de identificar aquello que es susceptible de mejora para empezar a trabajar en ello de cara a 2024.
Si la Semana Santa del año pasado fue la de la incertidumbre, por cómo volveríamos tras dos años de suspensiones, la de este año era la de la consolidación, y, desde luego, podemos afirmar que ha superado con creces las expectativas y nos pone el listón muy alto para ediciones sucesivas, obligando a las Hermandades a trabajar duro desde ya mismo para estar a la altura. Éxito de participación en las filas, mucho público en las aceras, cumplimiento de horarios y un sol radiante en todos los desfiles procesionales suponen un balance más que positivo.
Sin más, pasamos a hacer una breve reseña sobre la Procesión de Paz y Caridad, en la que un año más, y cumpliendo la tradición, volvimos a acompañar con fe y devoción a nuestro Padre Jesús Amarrado a la Columna por las calles de Cuenca.